
Limpian y armonizan cuerpos y espacios
Los maravillosos cuencos
o bowls de cuarzo y de siete metales,
igual que las campanas tibetanas, producen tonos y sobre tonos. Cuando se
golpea o frota el cristal y emiten los sonidos producen energía invisible que
se descompone en los siete colores del arco iris, actuando directamente sobre
los centros energéticos del cuerpo llamados chackras. Además de restaurar la
armonía del cuerpo, transmuta la mente consciente al balancear la energía
electromagnética o “piezo electricidad” entre los polos norte y sur. Es el
mismo campo magnético existente en todas las formas de vida.
¿Cómo puede curar la música que producen?
Así, los sonidos puros
y profundos del cuarzo y de los siete metales de los cuencos y campanas
tibetanas movilizan curando, disolviendo todo lo que impide circular la
energía, algo así como el ultrasonido que actualmente es utilizado para
desbloquear arterias o relajar los músculos. Además, el simple hecho de
escuchar la música producida por los cuencos y campanas, pone al cerebro en un
estado alfa sin estrés, sumamente relajado.
La música generada es
tan especial que introduce el sonido en el aura humana. Los metales y el cristal
de cuarzo actúan como generadores que transmiten y acrecientan los tonos puros.
Igual que un radiotransmisor transmiten energía, la balancean magnetizándola y
la reparte no solo en el cuerpo y la mente sino en sus alrededores inmediatos,
en el lugar, el planeta y el Universo.
¿Son de metales y de cuarzo realmente?

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