ÁNGELES DE AYUDA



A veces no sabemos si irnos o quedarnos, cambiar de trabajo, de amor, de carrera, de vivienda y hasta de país. Andamos como papalotes, sube y baja, a merced del viento que nos lleve por la vida, engañándonos con que hemos tomado una decisión, pero sin pensarla, ni meditar en las consecuencias. Ahí es donde interviene nuestro libre albedrío pero consciente, informado, razonado y comparado antes de tomar una acción.

Los ángeles pueden ayudarnos, no van a tomar la decisión por ti, pero te van a señalar caminos, alternativas, rutas, senderos, modos y transportes, figurativamente hablando, para que logres lo mejor. Te van a aconsejar y  mostrar, hasta que estés conforme con tu elección.

1.- Llámalos, al hacerlo les estás dando permiso para intervenir en tu vida.

2.- Pregúntales sencilla y directamente lo que deseas saber y pídeles su guía en ese y todos los asuntos que tengas pendientes, ábreles tu corazón para mostrarles tus dudas y los sentimientos que puedes albergar respecto a una y otra cosa.

3.- Los ángeles te contestarán, no en una forma específica. Puede ser alguien que te llame por teléfono, un libro o revista que aparezca frente a tus ojos (incluso uno que todos los días tienes enfrente sin darle importancia). Es posible que por la mañana te despierte una voz fuerte señalando el camino. Hay que estar atentos a las señales.

Hablando de señales, su cuerpo mente espíritu sabe qué es lo adecuado. Llámenle sexto sentido, intuición, corazonada, pálpito o como quieran, es algo que existe y si dicen que las mujeres lo tienen más desarrollado es porque hacen caso de lo que sienten, sin pedir pruebas materiales, como la mayoría de los hombres.

Por ejemplo, pueden ponerse en calma, dar una caminata tranquila, contemplar el agua, el mar, el cielo o lo que los tranquilice. Piensen, perciban con emoción lo que sentirían en cualquiera de los casos (suponemos que si no sabes qué elegir es porque ya exploraste varias diferentes opciones). ¿Qué pasaría si escoges la opción uno? Trasládate al lugar, a las acciones, al ambiente y personas que te rodearían si estuvieras ahí. ¿Qué sientes?

Haz lo mismo con tu opción dos, con la tres y así, prueba varias, tómate tu tiempo, nadie te está empujando a tomar esa decisión. Si no estás sientes seguridad de la respuesta, antes de dormirte, en el último pestañeo, habla con tus seres de luz, pídeles respuestas, guía, señales. Verás que al día siguiente ahí están, ante tus ojos y que, en muchos casos exclamarás “pero si ya lo sabía”, porque sí, ya lo sabías.

Es como magia, son tus ángeles que siempre están junto a ti, esperando ayudarte, porque fueron creados para eso, para protegerte, guiarte, enseñarte, acompañarte. Para servirte de faro y consuelo, apapachándote, envolviéndote en sus alas, compartiendo su calorcito, su perfume, su amor incondicional contigo. Pídeles todo lo que quieras, ellos proveerán lo que necesites para tu crecimiento espiritual, para tu comodidad material, todo lo que sea para tu bien y te traiga alegría.

Recuerda que tu principal obligación en la vida es ser feliz, que puedes hacer lo que desees sin dañar a los demás, que puedes salir a tomar todo porque todo es tuyo, tú eres parte del Universo, eres polvo de estrellas, la materia prima de la que todo está hecho. Si además, por ahí repartes unas sonrisas sinceras y envías amor a todos y a todo, este mundo será mejor gracias a ti.

Autora: Consuelo Carrillo
Esto es parte del libro “Todos los Secretos de Todos los Ángeles”
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